No es ballena, pero sí es tiburón
Llegó la época del año en la que reservamos salidas al mar para visitar la Reserva de la Biosfera del Tiburón Ballena y poder observar la agregación de este magnífico habitante del océano. Esta experiencia es única y aunque debemos hacer todo para disfrutar al máximo, también es necesario reflexionar sobre el impacto que provocamos en el ambiente para garantizar que estos peces no sean dañados ni molestados.
El Tiburón Ballena (Rhincodon typus) ha sido avistado en más de 120 países alrededor del mundo, sin embargo, no todos los avistamientos corresponden a áreas de agregación. En 2009 se registraron en México más de 400 ejemplares del pez más grande del mundo en el norte de Isla Mujeres y fue el avistamiento más numeroso jamás registrado. Desde entonces el turismo de observación y nado con el Tiburón Ballena ha tomado un auge importante y se ha convertido en un elemento imprescindible de la economía local.
Es una especie migratoria que se distribuye en los trópicos y cuyos patrones de movimiento se relacionan estrechamente con el zooplancton (organismos microscópicos como crustáceos, peces y en ocasiones huevos o larvas).
Quintana Roo es el lugar más popular para su avistamiento, sin embargo, este colosal pez también visita las costas de Baja California, Nayarit y Colima.
Se encuentra protegido en México y está bajo el estatus “Amenazado” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En nuestro país, la Dirección General de Vida Silvestre y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, se encargan de regular el aprovechamiento no extractivo del Tiburón Ballena con un programa de manejo y un código de conducta que se enfoca en lograr el disfrute de los visitantes mientras se asegura el respeto y cuidado hacia la especie. Aunque puede ser difícil identificar una operación turística que se apegue a estos códigos es importante estar seguros de que nuestro proveedor sigue las reglas de esta Área Marina Protegida, y que realizamos la actividad en total seguridad, tanto para los nadadores como para los tiburones.
• El guía en la embarcación debe estar certificado por la CONANP y llevar su credencial visible, así como un distintivo para identificarlo fácilmente en el agua.
• Cada guía puede introducir dos personas en el agua simultáneamente y debe mantenerlas a una distancia de 5m de los animales.
• No se permite el uso de cremas y bloqueadores solares, a menos que sean biodegradables. Los Tiburones Ballena son animales filtradores, es decir que para obtener su alimento, filtran grandes cantidades de agua y es esencial no contaminar con productos que se disuelven al nadar. El uso de sombrero o gorra, playeras de manga larga o lycras para el agua está altamente recomendado para protegerse del sol.
• Es obligatorio permanecer en la superficie del agua, portando un chaleco salvavidas o un traje de neopreno (wet-suit).
• Está estrictamente prohibido tocar, colgarse o molestar a los animales al igual que obstruir su camino colocándose frente a ellos mientras están en movimiento.
• Los desechos de la embarcación deben ser regresados a tierra, incluso si se trata de desechos orgánicos. Los residuos de frutas y verduras que se tiran al agua, aunque eventualmente se descomponen, no pertenecen a ese ambiente y dan una mala imagen.
• No podrán usarse drones, tablas de paddle o surf, inflables, vehículos submarinos, jetskis y cualquier otro tipo de objeto flotante.
• Los proveedores de servicios no pueden garantizar los avistamientos, la agregación de Tiburón Ballena es un evento natural en el que influyen distintos factores. Mientras que hay altas posibilidades de encontrarlos entre los meses de junio y septiembre, los avistamientos no dependen del personal de la embarcación.
Con esta información disfrutarán de una experiencia única en compañía del pez más grande del mundo, recordando que todos somos embajadores del océano y nuestro impacto no termina al bajar del barco, todas las acciones que llevamos a cabo en nuestra vida diaria impactan de forma positiva o negativa los mares y ecosistemas aledaños. Promovamos el respeto y la admiración por todas las especies que lo habitan.
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