Responsabilidad ambiental

Hablando de responsabilidad ambiental…

¿Qué es y cómo se logra?¿Lo mucho o poco que me responsabilizo a hacer por el planeta, hace alguna diferencia? Claro, siempre aporta cualquier acción por pequeña que parezca.

La responsabilidad ambiental se trata de hacerse cargo de nuestra huella ambiental desde lo personal. Nuestras acciones de vida cotidiana generan daño en el medio ambiente. La desinformación mundial sobre el tema durante tantos años es lo que ha llevado al mundo entero a vivir una crisis climática.

Nunca se midieron las consecuencias ambientales desde la revolución industrial, que llevó al mundo a vivir dentro de lo masivo y se empezó a perder el equilibrio.

Ahora contamos con todos los medios a nuestro alcance para informarnos, este es el primer paso para empezar a actuar con responsabilidad, ¡la información!

Si lo personalizamos a nuestro estilo de vida, el saber la repercusión que genera cada acción diaria, nos llevará directamente a responsabilizarnos y empezar a tomar acciones diferentes.

Es un ejercicio que se hace de la siguiente manera:

Se trata de saber qué pasa con nuestras acciones… Vamos de lo personal a lo global.

¿Cómo es que se genera la electricidad, y qué efecto tiene a nivel ambiental el abuso del uso energético? Hacemos un cálculo en horas de uso de energía eléctrica en un día promedio. Por cada kWh (Kilovatio hora) que usamos, se genera 1.5 kg de CO2 (dióxido de carbono).

Ahora, ¿qué tipo de transporte uso y de qué manera contribuye al efecto invernadero, acelerando el problema del calentamiento global? 40 kilómetros recorridos de un automóvil genera 6.4 kg de CO2.

Imaginemos cuánta gente a nivel mundial está generando exactamente la misma cantidad de dióxido de carbono por día…

Sabiendo esto, nos hacemos más conscientes de las acciones que contaminan el aire que respiramos y nuestro estilo de vida se va adecuando. Nos vamos haciendo responsables.

Por otro lado, está el consumo y el uso de materiales que generan desechos, mismos que terminan en una montaña de materia en descomposición contaminando la tierra. Otros tantos kilómetros de desechos flotando en medio de los océanos, ríos, etc.

Volvemos a personalizarlo y analizamos qué tipo de productos se consumen en la vida cotidiana. Productos de aseo personal, de belleza, de uso doméstico, alimenticio y vestido, por mencionar algunos. Pensando primero en los empaques, nos hacemos las preguntas… De qué tipo de material está hecho, si no es reciclable o amigable con el medio ambiente, ya sabemos la repercusión. Actualmente nos supera en toneladas la cantidad de material que no se recicla en el mundo.

Tomando en cuenta esto, y que estamos viviendo ya una etapa en la vida en donde podemos encontrar un sin fin de artículos amigables con el medio ambiente, no es complicado actuar con responsabilidad. Ahora estamos retomando las compras a granel en el tema alimenticio, los productos sin empaque, los materiales naturales, lo comunitario. Desde aquí surge una nueva etapa de responsabilidad socio-ambiental. La que nos lleva a consumir de lo local, nos hace parte de la economía comunitaria y libre de empaques industriales.

Podemos siempre llegar a un equilibrio que parte del deseo de ser responsables; evitando el consumo innecesario, evitando empaques, reusando contenedores (como el vidrio) y reciclando lo que generamos de material.

Ahora pensemos en el producto en sí, y en este tema partimos de la siguiente vertiente: si no es amigable con el medio ambiente, no lo podrá ser tampoco en mi cuerpo. Cualquier producto con químicos industrializados es nocivo para la salud.

Por ejemplo, un champú habitual con sulfato, que es lo que hace espuma al contacto con el agua. Al mismo tiempo penetra por el cuero cabelludo y puede ser perjudicial para algunos órganos vitales. Esta sustancia no es la única dañina, por lo general son una decena de ellas por cada producto que finalizan en las aguas o la tierra contaminando todo lo que toca.

Como el ejemplo del champú, se aplica en todos los productos de uso cotidiano que penetran nuestra piel. Este es el órgano más grande del cuerpo humano. ¿Con qué lo estamos contaminando?

Con esto vuelvo al tema del saber, de querer documentarse más y buscar alternativas viables y amigables. De tomar acción y ser responsables.

Actuar con responsabilidad minimiza las consecuencias medioambientales de la vida cotidiana, de la industria, el comercio y lo masivo.

Por cada acción de responsabilidad ambiental que implementemos en nuestra vida, sumará en esta lucha por la conservación de nuestra tierra.

Agradecida siempre!

Lamerced recreativa

(Un granito de arena caribeña)

Por: Mercedes Guzmán

@lamercedrecreativa

Proyectos Responsables

Etiquetas: Edición 95