Existen porque resisten
En el año de mil novecientos noventa y cuatro sucedieron cosas inesperadas para la población indígena de todo el mundo, tanto las diferencias sociales como algunos logros de la comunidad, que dieron paso a ser tomados en cuenta.
Por esa y otras razones, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió que cada 9 de agosto, se conmemoraría el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, como un esfuerzo de visibilizar sus problemas, pero también como un compromiso de todos los países a cuidar a sus propios grupos.
Lamentablemente, la historia nos muestra un panorama inestable para ellos. En la actualidad y en este lado del mundo no es muy diferente; tan sólo en México, por lo menos una vez al día nos enteramos de las situaciones adversas que sufren las personas indígenas.
Y es que, más allá de cuidarlos, en ocasiones somos incluso parte del problema. ¿Alguna vez escuchaste las constantes quejas sobre los fideicomisos del gobierno? ¿O quizás fuiste tú el que se molestó porque estaban en el camino con alguna manifestación? ¿Y qué me dices de las veces que admiramos su trabajo artesanal y aun así decidimos ofrecerles un precio menor al que ellos habían establecido?
Porque sí, los datos asustan, pero más asusta el saber que los pueblos originarios y las comunidades indígenas no están alejadas de la realidad actual, son parte de ella, sus problemáticas se incrementan porque son víctimas de un sistema que fue diseñado para desfavorecerlos, pero aún existen y sólo es porque resisten.
Y no, no es que se queden con nuestros impuestos, tampoco es que se les deba algo. Aunque si echamos un vistazo a la historia, es probable que salgamos perdiendo, pero la historia, bueno, eso no es del todo nuestra culpa. La culpa es de quien nos ha hecho creer que somos diferentes a ellos.
Porque al final de cuentas, existimos en una misma realidad, y su identidad es también parte de la nuestra. Porque si se nos presentara la oportunidad de hablar con una persona de un país distinto al nuestro, ¿no serían nuestros pueblos originarios un motivo de orgullo y de arraigo?
Nos regalaron identidad, sentido de pertenencia a un lugar, y es que en realidad no importa de dónde seamos, existen, aún existen, tan sólo hace falta abrir los ojos y extender nuestra manos para dar a manos llenas.
Por: Romelia Márquez Puente
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