Sabías que...
Los mosquitos tienen dientes y muerden
Estos insectos, que suelen ser eliminados ante su sola vista por temor a las picaduras, tienen 47 dientes en sus mandíbulas. No son exactamente dientes, es decir, no son piezas de esmalte fijadas a los huesos maxilares, porque los mosquitos son invertebrados. En su caso se llaman “dentículos”, con los que perforan la piel y succionan la sangre de sus víctimas.
En realidad los mosquitos machos no pican ni se alimentan de sangre, sino de jugos que extraen de las frutas. Solo las hembras pican para alimentarse de sangre y nutrir así a sus crías.
Una gota de petróleo es capaz de convertir 25 litros de agua potable en NO potable
La contaminación por petróleo en las aguas oceánicas provoca una película impermeable que afecta rápidamente a la fauna marina, en especial a los mamíferos y aves. Pero también impide el intercambio gaseoso y el pasaje de la luz solar, elementos que emplea el fitoplancton en la fotosíntesis.
Se calcula que alrededor de 1500 millones de toneladas de petróleo son transportadas anualmente por los mares. Además es común que los tanques cisterna utilicen como lastre agua de mar y la regresen contaminada con petróleo. Otros buque-tanques bombean el petróleo de desecho al mar en forma de desperdicio. Se calcula que por estas dos formas se arrojan al mar 3.5 millones de toneladas de petróleo.
El Talón de Aquiles
Tiene su antiguo origen en el poema incompleto Aquileida (Achilleis), escrito por Estacio en el siglo I, que contiene una versión del mito del nacimiento de Aquiles que no aparece en otras fuentes: cuando Aquiles nació, Tetis intentó hacerlo inmortal sumergiéndolo en el río Estigia. Sin embargo, su madre lo sostuvo por el talón derecho para sumergirlo en la corriente, por lo que ese preciso punto de su cuerpo quedó vulnerable, siendo la única zona en la que Aquiles podía ser herido en batalla. No está claro si esta versión del mito se conocía anteriormente.
En otra versión de la historia, Tetis ungía al niño con ambrosía y lo ponía al fuego del hogar para quemar las partes mortales de su cuerpo. Fue interrumpida en estos quehaceres por Peleo, que arrancó con violencia al niño de sus manos y éste quedó con un talón carbonizado. Tetis, enfurecida, abandonó a ambos. Peleo sustituyó el talón quemado de Aquiles por la taba del gigante Dámiso, célebre por su velocidad en la carrera. De ahí que se nombrara a Aquiles como «el de los pies ligeros» (podas ôkus).
En cualquier caso, durante el asedio de Troya, batalla final de la guerra librada entre griegos y troyanos, Paris mató a Aquiles clavándole una flecha envenenada en el talón.
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