La mano piensa

No sé si pueda trasmitirles con palabras la emoción que siento cuando veo a un niño o niña de 3 o 4 años volcar su corazón y su alma en una hoja en blanco; sus manos están llenas de pintura porque el pincel se entiende como una barrera no como herramienta, su cuerpo y todo su ser están en esa mano pensante (que diría John Berger), los colores se mezclan con la alegría del conocimiento, percibes cómo el pequeño artista entiende el lenguaje que lo expresa a él o ella, con la naturalidad de la coherencia que lo envuelve.

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