La luna y su influencia en el comportamiento animal

A través de la historia se han creado todo tipo de mitos sobre nuestro satélite. Entre los más populares está la creencia de que la luna cambia el comportamiento animal y humano.
A través de la historia se han creado todo tipo de mitos sobre nuestro satélite. Entre los más populares está la creencia de que la luna cambia el comportamiento animal y humano.
Sabemos que la cuestión del comportamiento es un asunto complicado. La etología se encarga del estudio del comportamiento y aunque hoy en día la definición de esta parte de la ciencia va más definida al comportamiento animal
En algún momento de nuestras vidas, la gran mayoría de nosotros, hemos estado cerca de un animal. A veces por compañía, otras por trabajo, e incluso, la menos loable, por explotación en cualquiera de sus modalidades.
Los habitantes de la Tierra podemos experimentar cambios periódicos en las condiciones del clima que denominamos estaciones. Estas son el resultado de que el eje de rotación de la Tierra está inclinado 23.5 grados respecto a la trayectoria que describe al orbitar al Sol. Esta oblicuidad hace que durante ciertas épocas del año el hemisferio norte se encuentre ligeramente más expuesto a los rayos del Sol, al tiempo que el hemisferio sur se encuentra menos expuesto y viceversa. Esto trae consigo diversos efectos, los cambios en temperatura, meteorología, la duración del día y la noche, etc.
Este mes de marzo los habitantes del hemisferio norte terrestre tendremos el paso de estación del invierno a la primavera. Este cambio está marcado por el equinoccio. Esta palabra deriva del latín aequinoctium, compuesto con aequus ‘igual’ y nox, noctis ‘noche’, y se denominó así porque en esa fecha la duración del día y de la noche son muy similares. Los cambios de estación en la Tierra se deben a que el eje de rotación de nuestro planeta está inclinado respecto a la órbita que recorre en su movimiento de traslación alrededor del Sol. Esto hace que diferentes partes del planeta reciban mayor o menor radiación solar dependiendo de la época del año. Esto lo podemos notar en la duración del día y la noche, en invierno los días son más cortos que las noches y en verano sucede lo opuesto. Hay dos momentos en el año (en marzo y septiembre) en que el eje de rotación terrestre se encuentra alineado con la órbita terrestre y la Tierra pareciera no tener inclinación respecto al Sol.