La idea nace durante la cuarentena, debido a la pandemia 2020, cuando Vanessa, Ana Pao, Karen y Daniel, entre tiempo libre, ideas al aire, introspección, inspiración y necesidad económica, encendieron sus corazones con la intención de fabricar velas aromáticas de cera vegetal en botellas de cervezas cortadas y todo fluyó a su favor.
“La imaginación es el ojo del alma”.
TRIBU SETENTA Y OCHO nace al inicio de 2020, en Playa del Carmen, de la mano de Katia Jiménez y Paula Hernández, dos mujeres emprendedoras de la generación del 78, como una manera de coleccionar recuerdos y sensaciones de los viajes. “Disfrutamos mucho viajar y seleccionar productos de locales para llevar a casa. Porque cuando les damos un espacio y un uso, nos sentimos confortadas por la sensación de volvernos a sentir en el lugar en el que nos conquistó y es una manera de revivir sensaciones atesoradas.”
Las mermeladas “Milagritos” fueron creadas por Bárbara Ramírez durante la pandemia por la mera necesidad de llevar una vida más saludable y de bajar de peso sin dejar de consumir cosas dulces. “Recuerdo que desde niña tenía cierta fijación por los postres, con el paso del tiempo me di cuenta que me mega encantan los hot cake y me dedicaba a buscar en los supermercados mermeladas de sabores diferentes, fuera de las típicas de todas las marcas comerciales. Pasaron los años, hice algunas mermeladas para consumo en casa y de mi familia pensando en vender, creando y echando a perder, todo en el contexto de prueba y error. Al mismo tiempo comencé a diseñar el nombre, logo, etiquetas, elegí colores, tipografía, etc., etc., todo poco a poco para que fuera lo más bonito posible.”
De la unión nace la fuerza. Nada más acertado para describir al Colectivo Lol Tun que surge durante esta cuarentena entre amigas, vecinas, comadres, que sabiéndose artistas decidieron aprovechar el tiempo y comenzaron a hacer mucho arte. “En un cumpleaños que celebramos, Perla Karen le regaló a Barbarita un cuadro hermoso en una madera rescatada que había pintado ella. Me di cuenta en ese momento lo difícil que es ponerle valor al arte de uno. Por eso le propuse a Perla: - Qué tal si vamos a las ferias y yo vendo lo que tú creas (de todo un poco) y tú vendes lo mío (que era de todo un poco también). Para mí es mucho mas fácil darle valor a lo tuyo, y supongo será lo mismo para ti. Se lo comentamos a Ana Paula, le gustó mucho la idea de apoyarnos, y así fuimos viendo que la red era ¡inmensa! Todas mujeres creativas, multifacéticas, artistas conviviendo en el mismo fraccionamiento. Decidimos juntar fuerzas y apoyarnos.”
