A menudo en nuestro vocabulario cotidiano empleamos expresiones tales como: “tengo que”, “debo de” o alguna variación de éstas. Expresiones que pasan desapercibidas pero que denotan puntualmente aquello con lo cuál estamos comprometidos o nos sentimos obligados.
El inicio del año nuevo es el momento idóneo para hacer una lista de propósitos; nos invade la idea de ser mejores, hacer ejercicio, dejar los malos hábitos o algunos vicios, perfeccionarnos en algún área del conocimiento, incluso reinventarnos.
La magia y las palabras han estado vinculadas desde tiempos ancestrales, la relación entre ellas es tan intrínseca que alcanza la causalidad.
Está lloviendo como a mí me gusta, me hacía falta una lluvia como esta, este clima es propicio para muchas cosas.
Me acuesto tarde, me levanto temprano.
