“¡Ya estoy list@!”

Cami siempre durmió con sus padres, primero en la cama de ellos y luego añadieron una cama pequeña a la misma. Al cumplir los 4 años sus papás comenzaron a pensar que ya era hora de que su cama estuviera en su propia recámara, que siempre se usó como área de juegos.